Las grietas del suelo eran tan profundas que mis manos se podían deslizar por ellas. Mis dedos, ásperos y endurecidos por el trabajo de aquellas tierras ahora yermas, recorrían sus formas, llenándose del polvo rojizo que antaño embarraba los cultivos. Alcé la vista al cielo vacuo de nubes y me…
Esta es mi vigésima carta y cuando la leas probablemente esté regresando a casa, a tu lado. Ya han pasado dos años desde que nos separamos. La expedición por esta tierra congelada está llegando a su fin y sin duda no veo la hora en la que eso suceda.
Domingo, 21:50 y aún terminando de escribir el maldito relato. A pesar de las prisas y no contar con la dedicación que me hubiera gustado, lo cierto era que me estaba quedando genial. Me había costado mucho, pero era el mejor hasta el momento. Estaba segura de que el miércoles…
Sentí el frío de la cuchilla atravesar mi piel. Un escalofrío me estremeció de pies a cabeza entremezclándose con ese sentimiento placentero que me inundaba y hacía que el vello se erizase. “Por fin sería yo. Sus miradas, atención y cuidados estarían en mí de nuevo”, me repetía una y…
Esa noche, le escuché. Su voz llegó hasta mí traída por la suerte. Me despertó sobresaltado y sin pensarlo le busqué, proyectando con vehemencia mis sentidos hacia fuera. Se dirigía a mí. Con un tono tan firme y seguro que avivó la chispa de vida que todavía se escondía tímidamente en mi interior.